Como bien decía Juan Maqueda, en su libro “Duende y Misterio del Cante Flamenco”, la mayoría de los cantaores y cantaoras dicen que la soleá es la madre del cante. Los poetas la proclaman reina de las coplas de Andalucía. Es en la soleá donde se descubre el valor y conocimiento del buen cantaor, ya que por su conjunción rítmica y melódica es el toro bravo de la baraja estilística.
Una de sus características es la flexibilidad y la variedad de sus estilos, y al igual que las seguiriyas, se pueden agrupar por escuelas o modalidades geográficas. Así podemos hablar de soleá del Mellizo, de Joaquín el de la Paula o de Juaniquí. entre las formas personales y soleares de Cádiz, Alcalá o Utrera, por poner algunos ejemplos.
De Utrera nos vamos a ocupar en el programa de hoy. Decir Utrera, es decir La Serneta, en el mundo de la soleá. Aunque a parte de las cinco formas o recreaciones de soleares que nos dejó Mercedes Fernández Vargas “La Serneta”, también Utrera cuenta con otra forma atribuida a Antonio Ortega Escalona “Juan Breva”.
Las soleares de Utrera han marcado una época por ser uno de los estilos más puros, intensos y pasional. Muy populares desde el último tercio del siglo XIX, nunca perdieron vigencia y fueron interpretadas por todos los grandes intérpretes: Juan Breva, Don Antonio Chacón, Manuel Torre, Manuel Vallejo, Pastora y Tomás Pavón.
206 – LOS PALOS DEL FLAMENCO: LAS SOLEARES DE UTRERA (I)
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