En este año 1975 se avecinan grandes cambios en la historia de España, la muerte del Caudillo, que como consecuencia traerá la democracia y la restauración de la monarquía, todos estos acontecimientos están a la vuelta de la esquina.
Corren tiempos de cambios y eso también se va a notar en un José que ya alcanzaba los momentos de mayor grandeza y jondura de su carrera artística, alumbrado por un Paco de Lucía lleno de creatividad y genialidad.
Este nuevo disco que dedicó a su majestad Curro Romero. Jaleado con temple por su compañero de fatigas, cantes y capeas, Alonso Núñez, Rancapino. José se encuentra en plena madurez artística y personal, si se puede hablar de un hombre maduro a sus 25 años, pero su sabiduría era la de un viejo con mucha experiencia flamenca y conocedor de muchos estilos y palos. Cuando le ofrecieron grabar el primer disco con Antonio Arenas, dijo José “yo que voy a grabar si solo sé cuatro o cinco cantes”.
Con este Arte y Majestad ya se define lo que más tarde se llamará el estilo camaronero. El acento propio de Camarón, que tanto ha influido en las jóvenes generaciones de artistas flamencos, una forma de cantar e impostar una voz especial llena de cromatismos y matices musicales, que en esta grabación y la siguiente “Rosamaría” alcanzará la cota máxima hasta el momento.
