Manuel Arroyo Jiménez, más conocido en el mundo flamenco como Tío Mollino, nace en el Callejón de Jesús del típico Barrio de San Isidro de Algeciras, un 28 de junio de 1913.
Su voz, con un quejío y lamento profundo, no pasa inadvertida. Su cante tiene ecos milenarios y manifiesta influencias del cante jerezano.
En su primera época fue conocido con el sobrenombre de El Mollino, se dedicaba al trato de ganado, como él mismo confesaba en una entrevista para TVE, » yo soy correor de bestias», oficio muy extendido entre los gitanos de su época.
Se tiene noticias que durante la década de los treinta y cuarenta apareció en algunos carteles junto a artistas como Rafael El Tuerto, El Corruco de Algeciras, Macandé y otros muchos.
No fue un cantaor profesional tal y como lo entendemos hoy día y pocas veces se subió a un escenario delante de un público numeroso. Su cante lo manifestó más en reuniones de cabales y de amigos.
Su voz, con un quejío y lamento profundo, no pasa inadvertida. Su cante tiene ecos milenarios y manifiesta influencias del cante jerezano.
Grabó de mayor, a la edad de 76 años un único disco en 1989 donde interpreta los palos más primitivos y más jondos del arte flamenco como martinete, seguiriyas y soleares.
Nos dejó Tío Mollino un 16 de diciembre de 1996 a la edad de 83 años en la tierra que le vio nacer.
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Me han impresionado muy gratamente, conocer a este grandisimo cantaor, totalmente desconocido para mí, por si voz tan peculiar y flamenca
Sí es verdad Juan, cuando uno escucha por primera vez a este hombre, te deja sobrecogido y te corta el aliento.