125 – FLAMENCOS EN EL OLVIDO: MANUEL ESCACENA

El 25 de noviembre de 1885, España despertó consternada con la noticia de la muerte de Alfonso XII. El rey habría cumplido los 28 años tres días después. El motivo del fallecimiento, la tuberculosis que padecía desde hacía años y que siempre se había mantenido en secreto. Fue sucedido en el trono por su hijo póstumo, Alfonso XIII, cuya minoría de edad estuvo encabezada por la regencia de su madre, la reina viuda María Cristina.

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Dos semanas después de este acontecimiento histórico, un 9 de diciembre de 1885, nace en el sevillano Barrio de la Feria, calle Pedro Miguel, Manuel Escacena García, Manuel Escacena para el flamenco. Hijo de Antonio Escacena Soria, popular pintor rotulista y buen aficionado al cante, y de Dolores García Romero, según su acta de nacimiento.

Desde niño ya mostró sus dotes sobresalientes para el cante. Se cuenta que tenía una voz preciosa que enamoró a Don Antonio Chacón, Fosforito el de Cádiz o Antonio el Portugués, quien al parecer contribuyó a su formación como cantaor.

De niño era conocido como el Niño de Escacena. Lo que llevó a pensar que era natural del pueblo onubense de Escacena del Campo. Pueblo limítrofe con la provincia de Sevilla.

Con 12 años, el Niño de Escacena, ganó un concurso de cante en la Alameda de Hércules y su padre se da cuenta de que Manolito podía ganarse la vida con el cante. En 1903, con 18 años, aparece cantando en el Café Filarmónico. En 1905, cantó en la Laguna de los Patos, en concreto en una famosa venta taurina. 

Vivió muy de cerca el mundo de los toros porque era sobrino del torero sevillano José Escacena Soria, uno de los hermanos de su padre. Una hija de este torero, Luisa Escacena, sería quien le abrió puertas en Madrid, posiblemente también ayudado por Don Antonio Chacón y Manuel Escacena decidió probar fortuna en la capital de España, con poco más de 20 años.

Manuel Escacena destacó como tarantero y buen intérprete de los estilos de ida y vuelta, aunque fue un cantaor más largo. Grabó en discos de pizarra en los sellos Gramófono y Zonophone.

De izquiera a derecha: Manuel Escacena, Perico el del Lunar y Manuel Pavón.

Se le organizó un homenaje en Madrid para ayudarlo económicamente, que tuvo lugar en el Teatro Pavón el jueves 31 de mayo de 1928, en el que Escacena, que estaba ya incapacitado, no pudo asistir. Moriría dos semanas después, el día 12 de junio de 1928, a la edad de 42 años, en la calle de la Morería número 3, del distrito madrileño de la Latina, según su acta de defunción, por una nefritis intersticial.

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